En esta oportunidad, Santiago López Papucci, con el fútbol como elemento básico, postula la importancia de la experiencia situada del futbolista para comprender y entrenar su desempeño en el campo, que es el entorno específico en el que se encuentra, relacionando sus intenciones con la identidad de juego que la dimensión táctica y la dimensión estratégica proponen. La idea radica en analizar esa tríada (jugador-entorno-tarea) para que el protagonista, desde temprana edad, tenga a su alcance y pueda construir las herramientas que le posibiliten mejorar a lo largo del proceso, trascendiendo los resultados para centrarse también en el crecimiento personal. La travesía con la pelota número cinco, y en consonancia con cualquier disciplina de alto rendimiento, lleva consigo la necesidad de aprender de forma permanente para perfilar un camino que brinde sus beneficios en términos de crecimiento, y para eso es fundamental el diálogo con los compañeros, la comunicación con los entrenadores y la construcción de sentido de lo que se hace en el terreno. Allí está apuntada a la obra, sin dejar de responder a una pregunta vital: ¿para qué se juega?
EL JUEGO EN ACCIÓN
FÚTBOL Y PSICOLOGÍA PARA JÓVENES (Y SUS ENTRENADORES)