Diego está entre nosotros. La gente con un homenaje global, lo mantiene vivo. El mundo se llenó de Maradonas: tienen distintos estilos, tamaños, camisetas y edades, pero están acá. En este plano.
 
Su imágen brota de las paredes. Los murales emergen de los lugares en los que dejó un sello indeleble -como Lanús, Villa Fiorito, La Paternal, La Boca, Nápoles, Rosario y La Plata- y también de aquellos sitios que lo disfrutaron a la distancia. Su figura decora toda la Argentina y diferentes países de los cinco continentes.
 
Este libro, bello e imperfecto como Diego, muestra más de 300 obras que le dedicaron a Maradona. Un hombre disruptivo que se transformó en D10S.