Muchas veces me cuestioné por qué los entrenadores y numerosos fanáticos del fútbol aprecian mucho más el ataque que la defensa, acaso seducidos por la creatividad en el juego, a patrones variados y su afán por intentar tener siempre la posesión de la pelota. ¿Y qué hay, entonces, de las defensas? ¿Qué es lo que las hace especiales? ¿Por qué los equipos con grandes y sólidas defensas no son tan estimados como aquellos con magníficos ataques?
La defensa requiere de inteligencia, concentración, comunicación y trabajo en conjunto. Esas son las razones por las cuales vivo esta fase del juego como la transformación del equipo en familia. Se evidencia la unión del grupo para hacer frente a cualquier adversario, sin importar el nivel de juego. Y porque los defensores también muestran su compañerismo en el aliento frente a un error o la felicitación ante una salvada.
La defensa da vida al fútbol y es por eso que invito a todos los lectores de “Tácticas defensivas” a cuestionarse, reflexionar y crear nuevos aprendizajes a través de las enseñanzas de los maestros Diego Simeone, Simone Inzaghi, David Moyes y José Mourinho.